Me cuenta una amiga psicóloga - que vuelve de un congreso de psicología-, que su ponencia fue un éxito, muy alabada entre los participantes, muy concurrida y que todos hicieron contacto con colegas del exterior...menos ella, que regresó a su casa con la misma cantidad de tarjetas personales que llevó. Pese a que sabe muy bien que en cualquier trabajo es casi mas importante como te publicitas y vendes que como te desempañes, a ella le cuesta horrores autopromocionarse porque le da pudor. Cree que el autobombo y la autopropaganda es una falta de humildad rayana en la vanidad y al falta de sencillez, y se muere de vergüenza antes que acercarse a un grupo de colegas mexicanos para pedirle que cuenten con ella para el congreso venidero, o pedirle a unos terapeutas suizos que publiquen en su revista los artículos que ella tan bien escribe. Me pregunta qué hacer y obviamente le recomendé que lea mi libro " Todas Brujas, las ventajas de ser mala". Pero a la vez me quedé pensando en algo que no enfaticé suficientemente en mi libro, que es que ser humilde y sencilla no te lleva a ningún lado. En verdad , te invisibiliza, paraliza y -en el mundo profesional- ,impide además que tu buen saber y tus servicios le lleguen a quienes los necesitan, que son personas que estarían mejor enterándose de que eres capaz de ayudar a muchos, especialmente como psicóloga.
Esto de la humildad y la timidez siempre va muy de la mano de la vanidad y la altanería . Mucha gente es tímida por insegura y otra es tímida porque no quiere rebajarse a " buscar" al otro, sino que espera que el otro de el primer paso de acercarse a ella .Pero siempre ser tímida, achicada y quedarse en un rincón en vez de auto promocionarse es mal negocio. Ella dice que por querer ser " buena y discreta" y no importunar a los demás, se quedó sin repartir su tarjeta y sin que nadie se entere de quién era esa profesional que dio una clase magistral. Y por pretender ser buena ...acabó siendo mala , o por lo menos impidiendo que los otros se beneficien llevándose su contacto, o que pudieran invitarla a otros encuentros y congresos. A veces a las mujeres nos cuesta mucho entender que si seguimos con el metamensaje de " no se fijen en mi" (a traves de nuestra actitud corporal, nuestro quedarnos en un rinconcito apartado, tomar la mesa más alejada , declinar una invitación, hablando en voz bajísima, dejar que sea otro el que tome la palabra saliéndonos del centro y bajando la mirada) , la gente acaba obedeciéndonos, creyendo que no vale la pena prestarnos atención , y en verdad no nos toman en cuenta y no se fijan en nosotras . Y por creer que eso es ser humilde y buena, estamos siendo malas con los demás y con nosotras mismas ...en el sentido de la perfidia , no de la auto superación. Y haciéndonos ese daño, acabamos frustradas sabiendo que hay una manera mejor de actuar, pero sin atrevernos a llevarla a cabo.
No hay nada malo en lograr que los demás se fijen en ti. te tengan en cuenta, te recuerden y te convoquen porque te recuerdan . No hay nada malo en llamar la atención y repartir tarjetas a troche y moche autopromocionarte y ser el centro de la reunión. Al contrario, acabas haciéndole el favor a los demás de amenizar la velada y de aportar lo ameno de tu presencia a la causa, el trabajo o el encuentro donde estés . La vestuarista de la serie " Sex and the City" , Patricia Field, dice más vales andar estrafalaria que pasar desapercibida. Y que lo peor es que ni siquiera se enteren de que has llegado. Te conviene que se percaten de tu presencia para crecer tu y de este modo, ayudar a los demás a que sepan que cuentan contigo.
Al final, intentando ser buena acabas siendo mala y queriendo ser " mala" y decidida , acabas siendo buena y haciendo de este un mundo mejor .
Excelente tu comentario Ana..." Ser humilde es mal negocio " y si además te toman por estupido se multiplica. A veces por no querer llamar la atención uno trata de pasar desapercibido y no justamente por considerarse intrascendente. Saber y sentir que uno vale por lo que es muy importante para nuestro ego. A todos nos importa que nos consideren y noten nuestra presencia sin llamar la atención, no es necesario tener que estar en un estrado o desfilando en una pasarela para que los demas se fijen en nosotros. Todo depende del aura que emana de esa persona.
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