miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Ama de casa ? ¡¡¡¡No !!! ¡¡¡¡Se dueña de tu vida!!!!


Todas nos boicoteamos nuestros destinos queriendo ser útiles a los demás para ser queridas y necesitadas. Complacer a todos es nuestra identidad. El problema es que apenas alguien deja de necesitarte – los hijos crecen, los maridos se van con otra – te encuentras con un vacío inmenso y ves que no has hecho nada con tu propia vida. Cuidar a otros es un mandato ancestral, que viene de la mano de la maternidad. “Si puedes cuidar a muchos niños hasta que les crecen bigotes, bien puedes cuidar también de mí, que tengo bigotes y soy tu esposo”, es lo que nos exigen los hombres desde que el tiempo es tiempo. Y nosotras acatamos, porque todas las demás hacen lo mismo…y porque – reconozcámoslo – en un punto es cómodo: si no sales de casa no corres riesgos, y estas bastante más cómoda que teniendo aventuras por ahí. Si: y bastante más aburrida, también. Al intentar ser buenas y útiles a los demás, las mujeres pasan en un abrir de ojos de serviciales a serviles, de atentas a esclavas y de necesitadas a maltratadas por aquellos a quienes ayudan sin parar: jefes, hijos, maridos y amantes.
¿Cómo romper con esta tradición opresiva?
Muy simple: dejando de ser buenas y siendo, definitivamente, unas brujas.
Una bruja es la que deja de ser una santa y empieza a desifrutar de la vida .
Sólo necesitas aprender a decir “ no” a lo que no quieres, a empezar a sentirte incómoda por tener que salir de casa y hacer cosas nuevas, y a saber qué quieres para ti misma. ¿ Se enojarán en casa si no tienes la sopa lista? ¡ Entonces es que ya es hora de que aprendan a cocinar!
Más que un ama de casa…más vale que seas el ama de tu propia vida.

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