viernes, 29 de abril de 2011

Algunas nacen malas, otras se entrenan


La mayoría de nosotras no fuimos malas, ni criadas por malas, ni vivimos rodeadas por malas, por eso nos cuesta mucho más saber de qué se trata una mala verdadera. Aprender a ser mala no es un trabajo fácil. La bondad te brota naturalmente y debes combatirla a cada paso. Debes esforzarte en imaginar cuál sería la actitud que tomaría una mala en cada circunstancia para salirse con la suya, cosa de la cual generalmente una chica buena no tiene la menor idea.
Las afortunadas que nacieron malas saben cómo serlo desde la primera infancia. Investigadores de la Brigham Young University, de Salt Lake City, Estados Unidos descubrieron que en niñitas de tres años ya se puede percibir la maldad congénita. A esa tierna edad muchas ya saben cómo manipular a las demás y logran lo que quieren presionando al grupo con el sistema de “si no haces lo que quiero no te invitaré a mi casa” o “ si no me das el juguete, lo romperé” .
La mayoría no simpatiza con ellas, sin embargo, todos hablan de ellas.
Ellas no quieren ser queridas, sino ser populares .
Son respetadas , porque son temidas.
Más del 20 % de las niñitas en edad de ir al jardín de infantes muestran ese comportamiento que no se ve en los varones, lo que prueba que las mujeres tienen mejores recursos para manipular a los demás . Sus sofisticados sistemas de manejo del grupo incluyen tácticas como difundir rumores, ignorar al otro,excluirlo del grupo y una miríada de gestos para manejar a los demás a su antojo. Estas dulces criaturitas pueden destrozar a un compañerito con solo interrumpir su relato, reírse burlonamente, secretear con otro delante de él o poner los ojos en blanco. Estas son las “chicas Alfa”, las líderes del grupo:ellas deciden indican qué está bien y qué está mal, qué se hace y qué no , qué marca de ropa usar, a quién pueden invitar y a quién no y a qué se juega en los recreos. Nadie se mete en su camino a riesgo de quedar destruido con una de sus miraditas de desprecio.
Luego estas pequeñitas crecen para convertirse en chicas como las de la película “Chicas Malas”, que tanto la hacen sufrir a Lindsay Lohan.
La experta americana en chimpancés Jane Goodall descubrió que esto a las mujeres nos viene de los ancestros: una hembra chimpancé puede matar a otra que le dispute el dominio de su grupo. Tanto las monas como las humanas, no toleran a quien no les rinda pleitesía.
Esto nos demuestra que en la sociedad humana hay algo que se valora mucho más que el dinero y el amor: es el poder. Tener poder sobre los demás es lo máximo . Todas las chicas envidian a la chica Alfa, a la que todos admiran y todos invitan. Nacer siendo Alfa asegura mucha gente a tu alrededor complaciéndote. Y ella ni tiene que pensar en qué hacer para lograrlo, porque ha nacido así . Lo dificil es no haber nacido líder y vivir observando y envidiando a las líderes. Hasta que un dia nos damos cuenta de que una no puede vivir agradando a la Alfa para ser aceptado en el grupo…y que más vale dejar de rendirles culto y empezar a ser una misma . ¡Y es ahí cuando se produce la mágica diferencia!
Cuando una de menor jerarquía que la Alfa en el grupo, decide dejar de complacer a la Alfa con tal de ser aceptada, la chica menos popular empieza a brillar con luz propia . Deja de guiarse por las apariencias y empieza a crecer como persona. La buena noticia es que chicas que no son Alfa- que segñún los estudiosos, son las Beta y Gamma ,- son las que deben luchar todos los días para ser Alfa de sus propias vidas…y esta lucha interna, por suerte, las entrena para llegar mucho más lejos que las Alfa. Sacando recursos de donde no los tenían, las Beta y Gamma descollan en actividades poco tradicionales , tienen iniciativas creativas, se casan con compañeros auténticos y leales, y se encuentran en el aniversario de egresados del secundario con que las brillantes Alfas están obesas, tristes, solas, pobres y deprimidas…sin poder creer cómo las Beta y Gamma se convirtieron en mujeres exitosas y reconocidas a puro empeño de tratar de tomar determinaciones que no sabían lograr en la infancia. Todo se aprende, incluso a ser mala.

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