miércoles, 23 de marzo de 2011

De lo que nadie habla : cientos de generaciones de nenas manoseadas


Todas esas mujeres abusadas


Por Rosa Montero

En "Habíamos ganado la guerra" (editorial Bruguera), el estupendo libro autobiográfico de Esther Tusquets, me he topado con una anotación que me ha hecho recuperar un recuerdo olvidado de la infancia. Dice la autora que, de pequeña, las películas le parecían algo maravilloso, y que el entusiasmo que sentía al ir los sábados al cine estaba tan sólo ensombrecido por el temor de que el vecino de la butaca contigua intentara meterle mano, algo que le ha ocurrido "desde muy, muy niña y con cierta frecuencia". Y añade: "Me parece que no se ha hablado lo suficiente de las agresiones a que estábamos expuestas las niñas y las adolescentes de la pacata y reprimida España de los años cuarenta y cincuenta (?) no podíamos subir a un tranvía o a un metro repleto sin que, una de cada tres veces, sintiéramos que un pene se restregaba contra nuestros muslos o nuestro vientre, o que una mano se nos introducía entre las piernas. A veces el agresor era descubierto y tenía que salir huyendo, pero lo habitual era que nos escabulléramos, cambiáramos de lugar, nos parapetáramos tras el bolso o la carpeta y calláramos por vergüenza". Pues sí, exacto, justamente así era, y puedo asegurar que aún pasaba lo mismo en mi época, bien avanzados ya los años sesenta. Me pregunto si el fenómeno después fue remitiendo o si es que simplemente yo crecí. A lo peor ha seguido ocurriendo en los setenta, en los ochenta, puede que incluso ahora. Quizá las niñas hayan tenido que soportar generación tras generación ese asqueroso magreo. Ese abuso constante y silenciado. Sí, callabas por vergüenza, desde luego, porque una de las heridas que produce el abuso es el sentimiento de humillación en la víctima; pero también callabas por miedo. Compañeras más aguerridas que yo, que se atrevieron a protestar en el metro ante un sobón, fueron a menudo insultadas y airadamente replicadas por el agresor ("¡Pero tú qué te has creído, niña, cómo te atreves, qué dices, estúpida, mocosa!"); y a una amiga mía ?teníamos por entonces trece años? le atizaron incluso un bofetón. No recuerdo que en estos trances nadie saliera a defendernos en el metro atiborrado de gente; o tal vez sí, tal vez en alguna ocasión alguna mujer mayor rezongara algo en nuestro apoyo. Pero básicamente sabías que estabas sola.
De manera que llevabas integrada en la cabeza una especie de estrategia militar de supervivencia en el terreno enemigo. En los cines de barrio sin numerar, que era a los que entonces se iba, intentabas instalarte junto a una mujer y cubrir los flancos. Te echabas a temblar cada vez que se sentaba junto a ti un hombre solo, y nueve de cada diez veces tenías que cambiarte de fila al poco rato, huyendo de su pierna arrimada y de su mano tonta. Pero lo peor era sin duda el metro. Desde los 10 años hasta los 16, para ir al instituto me hacía sola, cuatro veces al día, un trayecto de seis estaciones. No quisiera exagerar, pero miro hacia atrás y tengo la sensación de que todos los días había algún incidente de este tipo. Una de cada tres veces, dice Esther Tusquets; sí, quizá fuera así. En cualquier caso, era habitual que te sobaran, o que se restregaran contra ti; y también estaba la modalidad verbal, el energúmeno que se abalanzaba sobre ti en los pasillos del metro y te vertía en la oreja rasposas barbaridades que ni siquiera entendías. Hay dos cosas que me asombran especialmente de todo esto. La primera es el maravilloso nivel de adaptación que tiene el ser humano, la capacidad de resistencia, lo bien que hemos salido, pese a todo, tantas generaciones de mujeres manoseadas. Y la segunda, ahora que lo pienso, es la increíble cantidad de asaltantes sexuales. Por todos los santos, ¡éramos unas niñas! ¿Tantos pederastas había? Me pregunto si la represión sexual y el machismo de la sociedad franquista empeoraban la situación, o si hoy existe el mismo nivel de pedofilia. Tal vez antaño persiguieran crías de una esquina a otra del vagón, y hoy se dediquen a descargar de Internet material pornográfico. Por no hablar del absoluto horror del asesinato de Mari Luz. Sí, aquellos hombres eran muchos, demasiados. Tantos, que no podían considerarse excepcionales, sino que formaban parte del paisaje social. ¿Tendrían una esposa, hijos, hijas? ¿Se creerían normales? ¿Estará alguno de ellos leyendo esto? ¿No se le caerá la cara de vergüenza?

Lo importante es ser valientes


En la lápida de Jorge Luis Borges, en Gonebra, se lee un epitafio en inglés antiguo ’And ne forhtedon na’ ("Y sin temer nada")
El 14 de junio de 1986, el polémico aunque siempre genial autor fue enterrado en la pequeña necrópolis, la única que data de la Edad Media, en la orilla izquierda del río Ródano y donde está acompañado de las osamentas de nobles, diplomáticos y consejeros de Estado.
La tumba de Borges, con el número 735 posee una pequeña cruz de Gales y la inscripción “1899/ 1986” en la piedra que se levanta al ras de la tierra. El epitafio antes mencionado está escrito en inglés antiguo que él conoció bien en vida, proviene de un poema épico intitulado “La batalla de Maldon”, en el que un guerrero arenga a sus hombres antes de morir peleando contra invasores vikingos en Essex, Inglaterra, en el siglo X.
Creo que es una maravillosa manera de dejar sentada la síntesis de lo esencial en la experiencia de un hombre que sabia mucho del alma humana : Lo más importante es no temer nada .

Noticia en el website de Boom 99.1 Radio Red Sonora - Colombia


De cenicientas a brujas malvadas En El Mejor Día de Boom FM hablamos sobre las mujeres que prefieren asumir el papel de Cenicientas por temor a ser autenticas y por qué no, llamadas Brujas…

A propósito de la publicación del libro sobre las ventajas de ser una bruja, escrito por la argentina Ana Von Rebeur, en Boom FM hablamos de cómo una dosis de carácter siempre le viene a bien a las mujeres.

Von Rebeur explica las ventajas de que la mujer se convierta en una “bruja malvada”, asegura que No es tan negativo ser mala y romper paradigmas… las mujeres de hoy deben hacerse ¡sentir!

Según la escritora, las mujeres deben dejar de ser las cenicientas de los cuentos y empezar a tomar un papel más activo. Su tesis la centra en que los cuentos de hadas han programado a las mujeres para sufrir y para ser maltratadas hasta que un príncipe las rescate.

Se cree que la princesa perfecta es aquella que sufre en silencio, todo lo soporta y espera abnegada su príncipe azul; lo cual, según la escritora, hace que le teman a la independencia y a tomar sus propias decisiones.

Lo cierto es que en la actualidad, este tipo de personalidad femenina tiene otra connotación, muy distinta a la concebida por Walt Disney.

La mujer maltratada proviene de un hogar disfuncional. Ha recibido poco afecto de niña y no le han dedicado la atención que necesitaba. Al llegar a adultas, estas mujeres suelen convertirse en personas que proporcionan afecto, se ven atraídas hacia los necesitados, se identifican con compasión con aquellos que sufren y tratan de aliviar el dolor ajeno para disminuir el suyo.

Presta atención a esta lista e identifica si tú eres una de estas princesas:

1. No es extraño ver que estas mujeres, mujeres no se fijan en los hombres sanos que podrían darles lo que necesitan, estos hombres les parecen aburridos.

2. Se sienten atraídas por hombres que parecen necesitados, la raíz de esta atracción es el deseo de ser amadas.

3. Su amor propio es bajo y en el fondo no creen merecer la felicidad, en cambio, están convencidas de que deben ganarse el derecho a disfrutar la vida.

4. Esperar que él cambie es más cómodo que cambiar ellas mismas y cambiar sus vidas. Por este motivo aceptan más del 50 por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.

5. Tiende a culparse de todo lo malo que le ocurre, desde la infidelidad de su pareja hasta que sus hijos no le obedecen.

6. Aterradas por la posibilidad del abandono, estas mujeres experimentan un profundo terror al abandono emocional y al vacío por el miedo a ser rechazadas.

La lista muestra a una mujer sufrida e insegura, que de puro miedo y culpa no se atreve a huir ni aunque la estén matando: las cifras de violencia contra la mujer hablan por sí solas.

La recomendación de esta argentina es que ya es hora de que dejemos de jugar a ser las cenicientas y empecemos a hacer con nuestra vida lo que se nos dé la gana.

Cultura del aguante, generalizada entre las mujeres

Cuando un hombre atropella la dignidad de una mujer. Cuando creyendo ser dueño de ella, usa la violencia y con sus desprecios y palabras intenta manipularla, está hiriendo de forma violenta a su pareja.

Cada vez que él utiliza sus manos para herirla y querer imponer el supuesto respeto, que no merece, pero que exige… Está demostrando su cobardía y falta de dignidad, está dejando ver su falta de amor propio.

No es fácil dejar atrás estos patrones, incluso cuando se piensa en abandonar a quien maltrata, surgen un sinnúmero de preguntas ¿Cómo termino una relación destructiva? ¿Seré capaz de afrontar una vida sin él? ¿Será la mejor decisión?...

Lo importante es no dejar que el miedo te apabulle y asumir con valentía las riendas de tu propia vida: El abuso no debe ser justificado ni perdonado, pues si aceptamos el perdón y accedemos a la reconciliación lo único que estaríamos garantizando será recibir una próxima agresión física o psicológica.

Es importante romper este ciclo de maltrato-reconciliación, sé fuerte y busca ayuda no pierdas tu salud mental.

Recuerda: Si has sido víctima de maltrato, si lo eres y no sabes cómo salir de ahí… ten siempre presente… Que tú tienes derecho a ser amada por lo que eres. Nadie que te quiera de verdad te pedirá que cambies. El amor que impone condiciones, que maltrata no es amor.

Así que quítate ese traje de princesa y ponte el sombrero de bruja, que el miedo al fracaso no te impida ser libre y feliz.

Los hombres las prefieren brujas


Los hombres las prefieren brujas. Esto es un hecho. Por mas que se quejen de las mujeres con planes, ellos las quieren decididas, aguerridas e independientes. Esta en sus genes de conquistador tratar de atraparlas, coa que jamás lograrán , porque tu eres tuya y de nadie más. Pero no hay nada más sexy que ligar con una mujer verdaderamente poderosa.

Malas y fuertes


“Estoy convencido de que la mujer es más fuerte y valiente que el hombre “, afirma el Premio Nobel de Literatura José Saramago. Pero algunas son más fuertes que otras.
“Mujeres fuertes son las que desean desarrollar a pleno sus capacidades,y deciden no quedarse a la sombra del otro”, afima la psicóloga Clara Coria , autora de “El sexo oculto del dinero”y “Los laberintos del éxito”. “Actualmente existe una saludable tendencia a que las mujeres se valoren más y a dejar de lado el mito de que la que no está en pareja está sola. Está sola la que está mal acompañada por un varón y por sí misma. Hay que estar bien con uno mismo para estar bien con otro”, asegura la experta .
En los años ‘60 , la militante feminista Gloria Steinem declaró: “Las mujeres nos estamos convirtiendo en los hombres con los que nuestras madres hubieran querido que nos casáramos “.Y ellas lo están logrando. Cuanto mayor es el conocimiento de uno mismo, mayor es la autoestima y menor es la dependencia, la sumisión y la necesidad de parecerse a otro .Una mujer trasgresora rompe el orden establecido para desarrollar experiencias de libertad creadora. No importa si una mujer afirma su fuerza haciendo comida rica o dirigiendo una empresa: lo que vale es que resuelva hacerle caso a sus deseos. El concepto de felicidad femenina tampoco pasa hoy en día por tener una pareja - un mito que les hicieron creer-, sino por tener una vida con la menor cantidad de quejas posibles.
“A las mujeres se les enseña que no deben competir, y que si compiten , no deben ganar”, afirma Jean Baer en el libro “Cómo ser una mujer decidida”. Rompiendo este paradigma, muchas han descubierto que a veces , por el simple hecho de competir , se gana.

Principios para ser una femme fatale:



1.- Mantiene su independencia: Gane el sueldo que gane, ella gana su dinero trabajando y no le pide plata a su pareja para comprarse sus cosas, ni le da dinero a él para que se compre las suyas. Y no paga las salidas; a las Reinas los súbditos las invitan.
2.- No persigue a nadie: Puedes vivir de los más tranquila sin noticias de él, y le avisa a su amiga que es molesto que cambie de planes o no le avise de un encuentro. ¡Pero tampoco corre a tomar un taxi para no llegar tarde a la fiesta donde todas están desde hace una hora porque olvidaron avisarle!
3.- Mantiene su sentido del humor: Se toma todo con altura y no se ofende con cada pavada. Pero tampoco se toma a la risa las faltas de respeto.
4.- No compite con ninguna otra mujer : Una reina no anda compitiendo porque el trono es suyo.
5.- Siente pasión por lo suyo : Tanta pasión que no le importa pasar horas dedicada a eso sin ver a nadie. El trabajo es el gran amor de su vida .

Femicidio : por aguantar demasiado

El Femicidio - Asociacion por ti Mujer
Posted: 05 Apr 2011 03:10 PM PDT
Es la máxima expresión de la violencia de género. El año pasado hubo 260 muertes en el país, diez de las cuales ocurrieron en el Chaco. Y durante este año ya son 83 las víctimas asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.

La violencia de género asume diversas formas, cada vez más crueles, y entierra sus profundas raíces aún en pleno siglo XXI, en una sociedad posmoderna en la que todo parece progresar sin límites. Es que predomina todavía la cultura de sesgo machista (infundida en el seno familiar), que incide decisivamente en el caso más extremo: el femicidio. Los números marcan una realidad en la que los crímenes se multiplican en una sangría dolorosa: durante 2010 fueron 260 las mujeres asesinadas, un 12,5 por ciento más que durante 2009. De ese total, once fueron quemadas. En tanto, durante los tres meses que transcurrieron en este 2011, ya se registraron 83 casos, catorce de los cuales corresponden a mujeres que murieron incineradas. Maira Alejandra Tevez tenía 21 años. Y cuando conoció a Héctor Ponce nunca imaginó el desenlace de la historia que se precipitó el 9 de abril del año pasado, cuando quien hoy está recluido con prisión perpetua la mató disparándole con un arma de fuego y luego la descuartizó, poniendo en práctica sus conocimientos en instrumental quirúrgico.

El aberrante caso ocurrido en Presidencia Roque Sáenz Peña es uno más de los diez que carga la provincia durante 2010 bajo un término que todavía no tiene un anclaje jurídico, aunque asume un alto contenido político-social: el femicidio. Se trata del homicidio de una mujer por el sólo hecho de ser mujer, la expresión más extrema de la violencia de género.

La sordidez que atraviesa el problema conforma un drama social que desangra a Latinoamérica, continente que tiene sólo a un puñado de países con normas específicas que contemplan la figura jurídica. Para el caso de Argentina, la multiplicación de los casos impone un debate que recién comienza a ganar terreno. En ese contexto y frente a tanta sangría provocada por la violencia de género, se presentaron varios proyectos en la Cámara de Diputados de la Nación para tipificar el femicidio como figura autónoma en el Código Penal.

Sin embargo, expertas latinoamericanas reunidas hace pocos días en Buenos Aires consideraron que “no es necesario ni conveniente” avanzar por ese camino para combatir la violencia machista. “En los países donde se ha creado la figura penal de femicidio o feminicidio, cumple un rol simbólico. Y el Código Penal no puede cumplir sólo esa finalidad”, cuestionó la abogada boliviana Julieta Montaño, reconocida internacionalmente por su extensa trayectoria en la defensa de los derechos humanos.

El debate jurídico

Para la jueza federal de Sáenz Peña Zunilda Niremperger existe una creciente violencia de género que es consecuencia directa de la estructura machista y la cultura patriarcal que conservan las sociedades aún en pleno siglo XXI. “El reconocimiento de los derechos de las mujeres sigue siendo una cuestión formal y no una realidad”, opinó ante NORTE.

Según explicó la magistrada federal, la mayor “Seguir agregando incisos al artículo 80 no es más que seguir inflacionando el Derecho Penal sin solucionar el conflicto que se intenta paliar”, remarcó la jueza federal. Y si bien recordó que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó a países como México por la no investigación en la muerte de mujeres en esa situación, y la corriente internacional tiende a la tipificación de ese delito, “no es esa la solución porque la modificación o el aumento de las escalas penales no disminuyen la criminalidad y menos de homicidios pasionales, como lo son la mayoría de los delitos de esta clase”, indicó.

Cultura social machista

El problema, según Niremperger, es aun más profundo y tiene que ver “con una conciencia o cultura social machista que debe reformarse”. “Pero esa conciencia y ese entender que la mujer no es un objeto debe apuntalarse desde otro lugar, con mayor concienciación y educación”, acotó.

Asimismo consideró que, si bien el Estado debe comprometerse y cumplir con las responsabilidades internacionales asumidas, sería mucho más útil la creación de organismos asistenciales de mujeres en esa situación de contención, o la creación de comisarías de la mujer pero con una formación adecuada de las fuerzas policiales, que no minimice las denuncias realizadas, que entienda que muchas veces la mujer vuelve a esa situación porque no tiene dónde ir, que retira la denuncia por miedo y que debe dársele un trato especial para poder auxiliarla.

Mujeres incineradas

Entre los “métodos” usados para cometer los crímenes, uno de los más frecuentes es la incineración de mujeres, que mueren en medio de discusiones con sus parejas. En el país, Andrea Oyarzo fue la primera víctima de las once que ya registra 2011: estaba embarazada de ocho meses cuando su esposo, Guillermo Lichen, la habría prendido fuego en su casa de Bahía Blanca. Su bebé logró ser salvado gracias a que indujeron el parto. Tras declarar que Andrea había querido suicidarse, Lichen recobró la libertad, y ahora espera que le otorguen la tenencia del bebé.

Días después, en Chaco se conoció un segundo caso. Esta vez, la víctima era Gloria Paredes, una enfermera que trabajaba en el área de Oncología del hospital de Resistencia. Su pareja, un exagente del servicio penitenciario de 56 años con el que tenía dos hijos, también adujo que había querido suicidarse.

“Nunca lo llamaron a declarar y le entregaron los chicos sin condiciones. Ahora nos enteramos de que la agredía y después le compraba algún regalo”, le contó al diario Perfil Gladys, hermana de Gloria, quien dice sentirse “culpable” por no haber podido evitar el dramático final de su hermana.

Un método impune

“Es evidente que algunos hombres encontraron la forma de matar con total impunidad: cuando una mujer es incinerada y hay que inducirla a un coma farmacológico, no puede denunciar. No puede ni decir qué fue lo que le pasó”, explicó al diario Perfil Fabiana Túñez, de la oenegé La Casa del Encuentro, quien busca deducir por qué, desde la muerte de Wanda Taddei (mujer del exbaterista de Callejeros), se triplicaron los casos de mujeres quemadas.

Túñez agregó que en estos casos, y porque “la Justicia es lenta”, “para cuando llegan al lugar del hecho, todas las pruebas del crimen que no había borrado el fuego fueron destruidas por el hombre. De todos los casos de mujeres quemadas en 2010, sólo el exbaterista Eduardo Vásquez está preso, y eso ocurrió después de que lo liberaran en primera instancia”.

Según los especialistas, cuando una mujer muere quemada puede tornarse más difícil probar el asesinato. “Siempre dicen lo mismo, que estaba limpiando algo con alcohol y que ‘accidentalmente’ se prendió fuego. Para muchos jueces, la violencia contra la mujer sigue estando en el ámbito privado, por eso se quedan con la versión del accidente o lo justifican alegando emoción violenta”, trazó Malena Nissman, coordinadora del colectivo Las Juanas.

Para la diputada nacional Cecilia Merchán, autora de uno de los tres proyectos que están en danza en el Congreso nacional para incorporar al Código Penal la figura de femicidio, “la idea del incineramiento no es nueva”. Es que el método “no deja huellas de la agresión y, en el caso de que la mujer no muera, queda con enormes cicatrices en su cuerpo”, señaló.

Entonces, “vivir es como un castigo doble. Tan borrada está la identidad y la autoestima de la mujer que ha sido quemada, que algunas que han sobrevivido no han querido declarar en contra de sus agresores. Muchas veces, los jueces ordenan esperar el testimonio de la víctima antes de hacer las pericias que confronten la versión del victimario con los hechos”, repasó.parte de los casos de femicidio se dan con modalidades, medios o por actores cuyos vínculos o formas de homicidio ya están agravados por el artículo 80 del Código Penal. Es decir, bastaría con aplicar las agravantes por ensañamiento, alevosía por el vínculo o por un medio idóneo para crear un peligro común.

“Pensar que la incorporación de un nuevo tipo penal solucionaría el problema o facilitaría el trabajo de los jueces resulta irrisorio, pues la problemática no radica en la ley sino en cuestiones probatorias en los delitos investigados”, resaltó Niremperger.

Ahora bien, en el caso de optar por una reforma, consideró que sería útil incorporar al Inciso 1 del artículo 80 del Código Penal el agravante por concubinato, ya que sería mucho más adecuado a la realidad de la sociedad actual. De igual forma, estimó conveniente aclarar que el vínculo de ascendientes y descendientes incluye a los hijos adoptivos, pues si bien la doctrina mayoritaria los incluye, la ley al hablar de ascendientes y descendientes genera dudas interpretativas al respecto.
El drama en números

Según un informe del Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, durante el año pasado se produjeron en el Chaco diez femicidios, mientras que en el país hubo 260 crímenes por esta modalidad de violencia extrema de género.

La Casa del Encuentro -oenegé que contiene al Observatorio- comenzó hace ya tres años a sacar pacientemente la cuenta de las víctimas, aunque sea de modo informal y a través de artículos periodísticos publicados por la prensa. Según estos cálculos, en 2008 hubo 208 muertes de mujeres por violencia de género; un año más tarde fueron 231 y en 2010, 260.

El ranking del año pasado está encabezado por la provincia de Buenos Aires, con 87 casos de femicidio. Luego siguen Córdoba, con 24; Santa Fe, 16; Santiago del Estero, 15; Ciudad de Buenos Aires, 13; Corrientes, 13; Misiones, 12; Entre Ríos, 11; Salta, 10 y Chaco, también con 10 casos. Tierra del Fuego fue la única provincia donde no se produjeron asesinatos de mujeres bajo esta definición.

En mayor proporción, los agresores son esposos, parejas o novios de las víctimas (95 casos) y exesposos, parejas, novios (72). En cuanto a la modalidad de la agresión, en 71 casos las mujeres sufrieron disparos con armas de fuego; 50 fueron muertas a golpes; 49 apuñaladas; 25 degolladas; y 25 estranguladas. En su mayoría, las víctimas tenían entre 19 a 30 años (94 casos) y 31 a 50 años (80).

Frente a la falta de estadísticas oficiales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación creó la Oficina de Violencia Doméstica. Esa dependencia registró un número ascendente de denuncias: sólo en enero de este año se produjeron 657. Dos años antes, la cifra había sido de 375.

La violencia machista sigue cobrándose vidas y aparece más visible en estos tiempos a partir de la acción conjunta de organizaciones sociales y la exposición mediática de casos aberrantes. El debate está abierto y el Estado tiene ahora la obligación de responder.

Latinoamérica debate la tipificación como figura penal

Durante dos días, especialistas de Argentina, Bolivia, México, Panamá, Perú y Chile se reunieron en el encuentro convocado por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem). Allí, analizaron exclusivamente la conveniencia de tipificar penalmente el femicidio, a la luz de la experiencia de otros países de la región que ya tienen esa figura.
En el país, las diputadas Cecilia Merchán, de Libres del Sur, y Fernanda Gil Lozano, de la Coalición Cívica, impulsan iniciativas con esa finalidad, entre otros legisladores.

Las especialistas coincidieron en que la violencia hacia las mujeres es “un problema grave” en la región y que falta “voluntad política” para enfrentarlo. Y consideraron que se debe combatir con políticas públicas de prevención, fundamentalmente, con presupuestos, recursos humanos y técnicos e infraestructura adecuados. Para lo cual alertaron que es urgente contar con estadísticas oficiales sobre femicidios.
La red feminista

Cladem es una red feminista latinoamericana que trabaja por la promoción y defensa de los derechos de las mujeres. Por su trabajo ganó en 2009 el Premio Rey de España en Derechos Humanos. Del encuentro en Buenos Aires participaron expertas de la oenegé, entre ellas, su coordinadora regional, la abogada paraguaya Elba Núñez, la rosarina Susana Chiarotti, la mexicana Guadalupe Ramos Ponce, la boliviana Montaño, y Carmen Antony en representación de Panamá y Chile.

Como invitada especial concurrió Villanueva, una de las popes en la región sobre esta problemática. La argentina Chiarotti es responsable del Programa Monitoreo de Cladem e integrante del comité de expertas de la Organización de Estados Americanos (OEA) que vigila la aplicación en el continente de la Convención de Belem do Pará, de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres. Las seis son referentes muy prestigiosas en sus países como especialistas en la temática.

A mediados de mayo el Cladem convocará a una reunión internacional, con juristas, penalistas y criminólogos de distintos países para seguir analizando la conveniencia de promover la sanción de leyes que tipifiquen el femicidio en el Código Penal. Por el momento, la conclusión de la mayoría de las especialistas del Cladem es que la definición del tipo penal específico dificulta su aplicación porque se traslada un concepto de las ciencias sociales -el femicidio- al derecho penal.

No sólo en la Argentina hay proyectos presentados en el Congreso para crear la figura específica: también en Perú, Paraguay, México, Panamá y Honduras. Como aquí, hay un sector del movimiento de mujeres que reclama la tipificación. En Bolivia todavía no hay iniciativas, pero sí una demanda de organizaciones feministas.

“Hay un apresuramiento por razones demagógicas y electoralistas. Pero meter la pala en el derecho penal se puede volver en contra”, alertó Chiarotti. “En algunos casos se trata de iniciativas del Estado como respuesta fácil al problema de la violencia de género, como si al tipificar el femicidio se resolviera la cuestión de fondo”, objetó Núñez.
Cinco países hacen punta

Son cinco los países que ya incorporaron la figura del femicidio en sus ordenamientos legales: Costa Rica, Guatemala, Chile, Colombia y El Salvador. Pero la definición del tipo penal varía de un país a otro. En algunos países se limita al homicidio cometido en el marco de una relación de pareja, como en Costa Rica y Chile. En cambio, en Guatemala y El Salvador, el alcance es más amplio y abarca a los asesinatos, ya sean ejecutados por conocidos o desconocidos de la víctima.

Pero uno de los problemas observados por las expertas es que la propia definición, por ser demasiado amplia y un tanto vaga, dificulta su aplicación. Por ejemplo, en Guatemala se define femicidio como “muerte violenta de una mujer ocasionada en el contexto de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, en ejercicio del poder de género en contra de las mujeres”.

Cómo se prueba esa tipificación es una de las dudas de las especialistas. “En muchos casos, las definiciones de femicidio implican una violación de los principios que rigen el derecho penal como la taxatividad y la legalidad”, apuntó a Página/12 la abogada Montaño, directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, de Cochabamba, Bolivia.
Voluntad política

Aunque su incorporación a los códigos penales en países de la región es bastante reciente (en 2007 en Costa Rica, en 2008 en Colombia y en 2010 en Chile y El Salvador, aunque en este último país entrará en vigencia en 2012), no se conocen condenas, observaron las expertas del Cladem.

“Pero más allá de cómo esté tipificado, mayoritariamente acordamos en que el derecho penal no es idóneo para combatir la violencia contra las mujeres”, indicó Núñez, coordinadora regional del Cladem. Y agregó: “La mayoría opinó que no es necesario tipificar el femicidio como figura autónoma porque ya existe la figura del homicidio e incluso con agravantes por el vínculo”.
El problema que observan en los países de la región, advirtió Montaño, es la falta de voluntad dirigencial para ejecutar políticas públicas integrales contra la violencia hacia las mujeres. “No se asignan presupuestos, recursos humanos, técnicos e infraestructura para que se lleven adelante”, cuestionó. “En los casos en los que no se tiene la figura penal, ese hecho se toma como excusa para no tener estadísticas sobre femicidios”, señaló Núñez.

Fuente: Género con Clase

Que no te importe


No hay muchas malas verdaderas en el mundo. Aprovecha que te has cruzado con una de las pocas malas organizadas que hay, recuerda lo que ella hace e imítala: aprende de ella .

Para aclarar el punto: hay cosas que tu vives como si fueran maldades - como que una amiga no te invite a su fiesta – cuando en verdad quizá es pura torpeza o debilidad de su parte . Como dijo Napoléon Bonaparte “nunca atribuyas a la maldad cosas que sólo se deben a la estupidez” . Que algo que otro haga te moleste o hiera no indica que es una maldad de parte del otro. Para hacer maldades hay que ser astuto y tener un plan, y la mayoría de la gente ni se molesta en pergeñar ningún plan.
La mayoría de las mujeres son curiosas, y esa curiosidad es lo que las mata. Quieren saber el por qué de todo y estar al dia con todo lo que pasa en su círculo social. Estuve observando que en las reuniones de hombres hay dos aquí, dos allá, dos mirando tele y dos conversando en el patio. Eso jamás pasa con las mujeres: ellas quieren estar todas juntas rodeando la misma mesa…¿por qué? Porque si te levantas y sales la patio, te estás perdiendo algo que dijo alguien, y no te enteras de todo lo que se habla, que es la obsesión femenina número uno . Por eso sucede que un hombre jamás se ofende si un amigo no lo invita a una reunión, mientras que para nosotras no ser invitadas es una afrenta grave. Por eso los hombres se divierten haciendo cosa juntos , uno por aquí, otro por allá…y las mujeres solo se divierten contándolo TODO y hablando sin parar.
Las malas dejan de hacer esto, al darse cuenta de pronto de que muchas charlas femeninas son banalidades, que no vale la pena enterarte de todo, porque todas son versiones personales de los hechos … y quién sabe cuál es la verdad.
La buena siempre quiere saber el por qué de todo.
Especialmente, el por qué del maltrato que reciben por ser demasiado buenas:
¿ Por qué ella no me habla?
¿ Por qué el no me llama?
¿ Por qué me dejó, si dijo que me amaba?
La verdadera respuesta de esto es : realmente …¿ qué diablos te importa?
¿ Qué te importa por qué una amiga ya no te hable y te mire feo?
¿ Qué te importa por qué no le caes bien a tu supervisor?
¿ Qué diablos te importa por qué un hombre que dijo que te amaba te desadmite en Facebook y ya no quiere saber nada contigo?
La buena se tortura preguntándose:
¿ Que tengo que hacer para que me vuelva a hablar?
¿ Qué tengo que hacer para reconquistarlo?
¿Cómo hago para que él se fije en mi?
La mala sabe la respuesta: NADA , no puedes hacer nada .
Todos esos desplantes de los demás siempre son problema del otro, no tuyos.
¿ Le has volcado aceite hirviendo encima al colega que ya no te habla diciéndole que era su culpa por cruzarte en su camino?
¿ Has destrozado el auto de el novio que ya no te llama y no te has ofrecido a pagar los gastos?
¿ Le has robado la cartera o el marido a tu amiga que no te invita a sus reuniones?
¿ No has hecho nada ilegal , abusivo o grosero en contra de ellos?
¿ No los aburriste quejándote todo el tiempo de tu cruel y triste destino?
¿ No los cansaste refregándole tus hazañas en las narices?
Entonces no te tiene que importar nada del porqué la gente no te trata como quisieras. Simplemente, sigue tu camino y piensa “bueno, me he topado con un loco/a más en la vida”.

Consejos laborales para malas



-Busca trabajo aunque no lo necesites: Te cotizas, practicas tus respuestas en las entrevistas y te hace sentirte menso depediente de tu empleo actual. Siempre conviene tener una vela encendida y capaz que lo reemplaces por algo aun mejor. Además, buscando trabajo sin parar le restas poder a tus jefes y compañeros del empleo actual, y tu vida se tiene que tratar de buscar poder para ti y quitarle poder a los otros..
.
-Todo lo que pongas en tu trabajo siempre te compensa con creces.

-Trata de ser muy buena en todo lo que haces, y conviértete en el faro de los demás: que tu ejemplo lleve a buen puerto .

-Si te muestras seria y determinada en tus propósitos, la gente hace lo que le digas, y tu meta es su meta .

-Si la empresa te paga gastos, gástalos todos. Tus jefes te odiarán si devuelves dinero, porque los obligas a hacer lo mismo. Maquiavelo dijo “ el gastar lo de los otros no te quita consideración: la aumenta. “

Código brujil del uso de los hombres


Art. 1: Considérese ‘hombre’ en los términos de éste Código, al ser que es como un buen vino: comienzan como ‘uvas’.
Es deber y obligación de la mujer pisotearlos y mantenerlos al oscuro, para que maduren y se tornen buena compañía para la cena.
Art. 2: Si él no la quiere, usted tiene quien la quiera.
Art. 2 bis: Si no la quieren, es porque no la merecen.
Art. 3: Finja siempre ser pura, buena e inocente.
Art. 4: Mienta con talento, y niegue todo hasta la muerte. Al final ellos terminan creyendo.
Art. 5: Nunca confíe en los hombres, ni aunque sea su hermano.
Art. 6: Solteras sí, solas nunca.
Art. 7: Si aun así, usted todavía quiere mantener un amigo varón, nunca le cuente sus estrategias de guerra, y mucho menos sus victorias.
Art. 8: ¿Usted piensa en un ‘bonus track’ con algún ex? Recuerde que’figurita repetida no completa el álbum’ (aunque las buenas se pueden coleccionar)*. * La ignorancia de las leyes no sirve de excusa, si la excepción no esta expresamente autorizada por la ley.
Art. 9: Nunca comente de sus relaciones pasadas a su actual pareja.

Título II: De los Hombres en General
Art. 10: Cocine los hombres a ‘baño maría’ (demora, pero al final usted nunca sabe cuando va a necesitar de ellos).
Art. 11: Cuando un hombre pide un ‘tiempo’, significa que quiere intentar con otra. Y si no tiene suerte, volverá con usted. Tenga presente que ‘Tiempo, solo da el reloj’.
Art. 12: Hombre gallina solo sirve para hacer guiso.
Art. 13: Tenga siempre un titular, y un enorme banco de reservas.
Art. 14: Nunca deje de estar en todos los lugares; si no fuera posible tenga siempre detective que le pase informaciones.
Art. 15: Catalogue sus víctimas siempre.
Art. 16: No trate con prioridad a quien la trata como opción.
Art. 17: ¿El hombre es la cabeza…? …La mujer es el cuello, y puede mover la cabeza como se le venga en gana (y a donde le convenga, claro está).

Título III: De los Hombres en Particular
Art. 18: El hombre que no da asistencia, abre la concurrencia y pierde la preferencia.

•a-) Repita siempre: ‘No tropiece que la fila avanza’.
•b-) Pero recuerde: La puerta es selectiva.
Art. 19: Si el hombre que tropezó decide regresar*, repita siempre: ‘saque número y espere al final de la fila’.
* ¿Regresó arrepentido…? No sirve ni que saque número.
Art. 20: No viva en el pasado… quien piensa en pasado es museo.
Art. 21: Su hombre le dice ‘¿usted es demasiado para mí’? Tenga presente que: ¡ES VERDAD!
Art. 22: ¿’Príncipe azul’…? ¡Es mejor el lobo feroz…que la ve mejor, la oye mejor y la come mejor!
Art. 23: Ingenie alguna estrategia para pasar al frente del señor en cuestión, sólo para exclamar ‘¡¡¡que coincidencia que usted pase por aquí!!!’.

Título IV: De las Obligaciones de la Mujer.
Art. 24: Chamulle (sea condescendiente al extremo), el hombre no se percata que nosotras también podemos hacerlo.
Art. 25: Una verdadera experta nunca es sorprendida in fraganti.
Art. 26: Detone todos los hombres, ninguno merece su consideración.
Art. 27: Registre todo: celular, cajones, auto, bolsillos, papeles…
Art. 28: No perdone, vénguese.
Art. 29: ¿Su hombre la irrita? Estas son las formas de irritarlo a él:

•a-) Esconda el control remoto de la tele y del mini componente.
•b-) Cierre la puerta del auto con toda su fuerza.
•c-) Ponga todas las cervezas en el freezer y déjelas congelar completamente.
•d-) Use el espejo retrovisor del auto para maquillarse y déjelo completamente movido. Si tiene tiempo, haga lo mismo con los demás espejos.
•e-) Convénzalo que usted sabe cortar el pelo de él.
•f-) Suba al auto con los tacones llenos de barro y refriéguelos en la alfombra.
•g-) Cuando le pregunte ‘¿Y…? como estuvo…?’, diga: ‘No se preocupe por mí, yo estoy bien’.
•h-) Escriba mensajes en los vidrios empañados del auto.
•i-) Corte la luz ‘accidentalmente’ en medio del partido de fútbol.
Art.30: ‘No lleve sándwich de mortadela al banquete de caviar’. Si usted vaa un lugar lleno de hombres, ¡¡¡¿¿¿para qué ir acompañada???!!!

Título V: De las disposiciones de éste código
Art. 31: A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplicarán aun a las consecuencias de las relaciones jurídicas existentes.

Art. 32: Las leyes del presente, tienen efecto retroactivo.

COMUNIQUESE, CUMPLASE Y DIVÚLGUESE..!!!

Frases malignas




Quien se precie de ser mala debe cultivar la jactancia, la codicia , el autoelogio y hacer de si misma un personaje repleta de excesos personales que alarmen a los demas . Hay actores especializados en dar la nota , como Jack Nicholson o Mel Gibson y artistas que a traves de comportarse mal se hacen su fama de malas como Britney Spears y Lindsay Lohan .
La mala lanza frases de alto impacto, que dan vuelta al mundo si las atrapa una agencia de noticias, y la ayudan a cultivar su fama de malas .Cópiate de ellas . Veamos unos ejemplos:

“ Amo a mi vagina : es el compendio de mi vida, el templo del saber” - Madonna

“Tienes muy mal aliento” – Donald Trump a Larry King en vivo en el programa de Larry

“Bueno, me acusan de todo eso …¿ Y?” - ex cuñada del presidente argentino acusada de lavado de dinero

“Cuando tengo que elegir entre dos cosas malas , siempre prefiero aquella que no he probado”. Mae West

“¿Por qué soy tan buena interpretando a perras? Creo que es porque no soy una perra. Quizás por eso Miss Crawford siempre interpreta a damas.” Bette Davis


"Quítale los ojos saltones, el cigarrillo y sus agudezas, ¿y qué te queda? Es una farsante, pero me imagino que al público le gusta eso". Joan Crawford hablando de Bette Davis

"Me volvería a casar si encontrar a un hombre que tuviera quince millones de dólares, me cediera la mitad y me garantizara que se iba a morir al cabo de un año." Bette Davis

"Tengo una familia que alimentar" (Latrell Spreewell, tras rechazar una oferta de 21 millones de dólares).

"Prefiero ser despreciada por mi carácter antes que ser querida por mi falta de carácter. –Gloria Swanson

"Dicen que soy muy bestia. Sin embargo prefiero perder todo a suavizar nada de mi" - Margaret Fuller

"Me agrada ver a un mujer que sale y toma al mundo por las solapas. La vida es una mierda: hay que salir a patear traseros" .- Maya Angelou

"Todos los hombres son iguales, buscan la satisfacción de dominar a las mujeres, eso es todo. Hasta ahora tuve la suerte de vencerlos en ese intento. Por eso , soy despiadada ." -- Greta Garbo, em la película “Inspiration” (1931)
.
"En el instante que aceptas menos que lo que mereces, recibes aún menos que lo que aceptaste “ --- Maureen Dowd

"La diferencia entre los ganadores y los perdedores es que los ganadores hacen lo que los perdedores no quieren hacer."-Phillip C. McGraw

"Las mujeres que pagan su propio alquiler no tienen que ser dulces y buenas" -
-- Katharine Dunn

“Esperar que la vida te trate bien porque eres buena es como esperar que un toro furioso no te ataque porque eres vegetariana”. -Shari R. Barr

"Haz lo que tu corazón te diga que es lo correcto, porque siempre serás criticada de todos modos..”- Eleanor Roosevelt


"Me volvería a casar si encontrara a un hombre que tuviera quince millones de dólares, me cediera la mitad y me garantizara que se iba a morir al cabo de un año." -Bette Davis

"No necesito a nadie que rectifique mi existencia . La relación más profunda que jamás tendremos es la que tenemos con nosotros mismos" - Shirley Maclaine

"Se puede confiar en las malas personas. No cambian jamás."- William Faulkner

"¿De que sirve tener dinero si no puedes inspirarle temor a tus semejantes." Sr Burns, 1991

"Nunca pierdas una oportunidad para practicar sexo o para salir en la televisión." Gore Vidal

Elogio de la mujer brava


Por Héctor Abad ( Colombia)
Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.
La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).
A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con eso.
Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.
¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas!
Oro por que mis 2 hijas sean de éste maravilloso grupo y encuentren hombres que sepan apreciar a esta clase de nuevas mujeres !!!

Otra que escribió sobre brujas



La colombiana Susdana Castellanos escribio un ensayo llamado "Diosas, Brujas y Vampiresas", donde explica estos terminos :
¿Qué aspectos o características tienen cada uno de los personajes?
Las diosas, hechiceras, súcubos, brujas, ídolos de perversidad y vampiresas son todas la evolución de una misma imagen femenina primigenia, de la diosa madre nocturna representada ocasionalmente como la luna, siempre relacionada con la noche, las pasiones y el deseo, con lo oculto, lo misterioso, lo instintivo.

¿Toda mujer puede desarrollar las tres personalidades o solo una más que otra?
Lo que los mitos y la literatura reflejan o representan son siempre aspectos de la condición humana, todos latentes en mayor o menor grado en cada uno. En este caso diosas, brujas y vampiresas son parcialmente un aspecto de lo femenino, y a su vez un reflejo de cómo lo femenino ha sido visto desde una lectura masculina.

¿Considera que es inherente al hombre que pueda sentir miedo de la mujer por poseer una de estas personalidades?
La lectura “masculina” del mundo tiende a ser “racional” a buscar la lógica, de este modo todo aquello que no puede explicar o controlar tiende a inspirar miedo, casi siempre a todo aquello que tiene esas características inexplicables o incontrolables tiende a darles un disfraz femenino. La mujer de algún modo por su comportamiento, por su ser en sí, su cuerpo y lo que inspira, corporiza para el hombre todo aquello que no puede controlar o definir según sus términos de lo “racional”. Y sí, los hombres tienden a temer a las mujeres que desafían su intelecto, su virtud o sus sentidos.

¿Cuáles han sido sus referentes o paradigmas en cuanto al tipo de literatura que usted escribe?
No sé, los referentes son diversos ensayos, reflexiones, conversaciones. Un tema me apasiona y lo estudio, lo consulto, lo analizo y trato de plasmarlo en un libro que de algún modo sea interesante para muchas personas, porque soy profesora de jóvenes entre 17 y 24 años, entonces todo el tiempo estoy pensando en encontrar el modo de hacer los temas culturales, históricos, interesantes y tratar de transmitir la pasión que siento a mis estudiantes.

¿Por qué cree que estos tres seres son necesarios?
No sé si son necesarios o no, creo que son seres que se han imaginado a partir de unas condiciones particulares y un miedo que despiertan lo femenino, la muerte, el destino y en general lo sobrenatural, es decir, todo aquello que no se logra explicar racionalmente. Pero si volvemos a la idea de lo “necesario” quizás son necesarias como una de las formas de manifestarle al hombre “civilizado” que no todo se puede explicar por medio de la ciencia ni mucho menos con verdades absolutas y que tal vez a pesar de todos los avances científicos, siempre algo se le escapará de su pretendida visión “científica” del mundo. Los miedos siempre permanecerán al acecho en algún rincón de su mente o de su corazón.

¿Por qué afirma que la mujer lleva innata la astucia?
Tradicionalmente la mujer se ha desenvuelto en el ámbito de lo privado, para trascender al espacio de lo público, que comúnmente le ha estado vedado. Ha necesitado usar herramientas como la astucia para romper los esquemas convencionales.

¿Qué de diosa, de bruja y de vampiresa tiene Susana Castellanos?
Es una pregunta muy graciosa. No lo sé, tal vez me gustaría tener la capacidad de seducción, la autonomía, la inteligencia, la astucia, la capacidad de disfrutar, la irreverencia y el placer por los juegos vertiginosos.

Quien lea este libro, ¿tiene que estar consciente de que estos seres existen o puede leerlo alguien escéptico?
Es un trabajo de investigación a partir de los mitos, las leyendas, la literatura y la historia, es para todo aquel que disfrute de estos temas y quiera acercarse a una aproximación legendaria del miedo visceral del hombre a
la mujer.

¿Por qué considera el hombre que la mujer es un ser enigmático?
Ella encarna todo aquello que no puede explicar, su cuerpo, sus emociones, su temperamento y lo que despierta en él desde las primeras civilizaciones han sido relacionadas con lo misterioso, lo oscuro, lo impredecible.

¿Cuáles fueron sus fuentes de información para escribir esta obra?
Es extensa la bibliografía desde mitos de la antigua Sumeria, Grecia, Roma, leyendas celtas, relatos históricos de la inquisición, textos literarios, ensayos y estudios de género. Es una recopilación de muchos años de estudio.

¿Cuál es su objetivo escribiendo sobre estos tres seres?
Buscar una aproximación al comportamiento femenino y a la visión que ha existido de lo femenino. En últimas, trato de entender la condición humana, no a partir de la ciencia, no a partir de verdades o teorías científicas, sino de aproximaciones a lo más profundo de lo humano que es lo que tratan de reflejar los mitos, las leyendas y la literatura.

¿Qué características debe reunir un escritor?
A mi modo de ver y de sentir pasión por lo que se hace, yo entiendo la vida en términos principalmente de juego, deseo y pasión. Jugar a ver la vida de un modo diferente al convencional, deseo por conocer y entender el comportamiento humano, la condición humana y pasión por investigar. La curiosidad por entender el mundo para mí es una pasión.

¿Cuándo se puede creer que una obra está terminada?
En esta clase de ensayos de investigación, nunca realmente, porque aparecerán más relatos y leyendas, porque la visión del mundo es susceptible al cambio, pero en un momento dado hay que cerrar un trabajo. Este me tomó casi 20 años.

¿Escoge a alguien como juez de su obra?
Sí, para mí un interlocutor adecuado es muy importante. En el proceso de los libros Mujeres perversas de la historia y en Diosas, brujas y vampiresas tuve un amigo que me acompañó todo el tiempo, creo que casi lo enloquecí, aparece mencionado de forma especial en los agradecimientos de los textos.

Susana Castellanos
Estudió la carrera de Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Realizó una especialización en educación y cursos de posgrado sobre religiosidad afroamericanas.

Es docente de Mitología, Literatura e Historia del Arte. Escribió además Mitos y leyendas del mundo y Mujeres perversas de la historia.



DE DIOSAS, A BRUJAS CON VERRUGAS

Había hechiceras antes del cristianismo y podían producir resultados benéficos o maléficos.
Pero, bajo el escrutinio de este, se convirtieron en aliadas del diablo.

Un halo fascinante recubre el temor a una forma particular de malignidad que encarnan las hechiceras, las brujas y las vampiresas. Durante siglos han recorrido la imaginación humana como fantasmas plasmándose en el arte y la literatura. El miedo que inspiran es otro de sus maravillosos dones.

Sus orígenes se encuentran en las imágenes de las diosas madre de la antigüedad. Primigenias deidades de la Tierra, la oscuridad y la Luna que encerraban los misterios de la vida y la muerte. Fueron adoradas por gentes que dependían de la fertilidad de la tierra para su sustento. Las hechiceras surgieron como portadoras de los secretos de las diosas. Por tal motivo tenían un profundo conocimiento de la naturaleza y ejercían como yerbateras, parteras, curanderas y predecían desde tormentas hasta el destino humano.

En los relatos mitológicos se las imaginó casi siempre como mujeres inquietantes, seductoras, vanidosas y apasionadas, que dedicaban gran parte de su tiempo a preparar poderosos brebajes capaces de hacer caer al más fuerte de los héroes bajo el temido embrujo del amor o, por venganza, generarle a cualquier hombre una angustiosa impotencia sexual al hacerlo víctima de un "amarre" o "ligadura". Además, se creía que podían comunicarse con los muertos e incluso metamorfosearse en una especie de aves para poder volar.

Sin embargo, es factible que, hacia el tercer milenio antes de Cristo, cuando los indoeuropeos se posesionaron del mundo occidental, trajeran consigo sus dioses de la guerra, que tenían su propia cohorte de servidores masculinos, druidas sacerdotes o chamanes. Las antiguas diosas, su comitiva de servidoras y su culto quedaron relegados a la oscuridad y al misterio aunque su fuerza no desapareció por completo; sus enseñanzas se mantuvieron en forma de tradición oral entre las hechiceras, sus sucesoras, cuyos conocimientos y poderes exacerbaron la imaginación popular.

Por ejemplo, la creencia de que ciertas hechiceras eran capaces de volar o transformarse en pájaros, se vio representada desde la antigüedad clásica en la figura de las stryx (en griego, lechuza). A ellas se refieren antiguos relatos romanos como mujeres que durante el día elaboraban misteriosas pociones y en las noches se transformaban en aves para ir busca de jóvenes hermosos a los que visitaban en sus camas mientras dormían para seducirlos hasta agotarlos sexualmente. Luego, frenéticas, desgarraban los cuerpos de sus víctimas, comían su carne y bebían su sangre.

Acabado el festín, las stryx salían a volar mientras rompían el silencio de la noche con aterradores chillidos.

La hechicería es, entonces, un fenómeno anterior al cristianismo, que pretende manipular las fuerzas de la naturaleza con las que se pueden producir resultados benéficos o maléficos. Pero estas mismas prácticas, bajo el escrutinio del cristianismo imperante desde la Edad Media, fueron consideradas el resultado de un pacto con el diablo. Fue entonces cuando apareció la creencia en las brujas propiamente dichas o mujeres a las que se acusó de tener tratos con el demonio.

El auge de este fenómeno social, específicamente cristiano, duró tres siglos, entre 1450 y 1750. Se creyó que fueron en su mayoría mujeres quienes, renegando del Dios cristiano, se hicieron amantes de Satán. Por tal motivo se llevaron contra las acusadas de dicho crimen procesos judiciales a cargo de los tribunales de la Inquisición. Se elaboraron complejos tratados demonológicos para explicar la forma como el diablo actuaba en el mundo y se dedujo que existían ciertas personas, particularmente mujeres. que habían decidido colaborarle en su expansión del mal.

Aparecen las verrugas peludas

A los ojos de la gente, la hechicera se convirtió en bruja. Perdió su seductora hermosura y se convirtió en una vieja astuta, arrugada, encorvada, con verrugas peludas, irrespetuosa de la autoridad y capaz de cualquier cosa, incluso de fornicar con el demonio.

Además se reía con estrepitosas carcajadas. Por eso fue temida, considerada un ser siniestro al que se debía cazar y dar muerte.
Para el siglo XVI, una época de agudas divergencias religiosas, la posición oficial de protestantes y católicos resultó similar en este asunto.

Como ayuda para aquellos que deseaban erradicar las fuerzas del demonio, dos frailes dominicos publicaron el Malleus Malleficarum, un manual para inquisidores que explica "muy racionalmente" la presencia del mal en el mundo y propone el exterminio de las secuaces del diablo para combatirlo. En el Malleus se evidencia el temor a la sensualidad femenina al caracterizar a las brujas por su insaciable lascivia.

Precisamente, uno de los aspectos más inquietantes de la brujería fue el aquelarre o reunión de brujas para copular con el diablo. Qué sucedía en esos encuentros y cómo se lograba llegar allí han sido temas de inspiración para demonólogos y artistas. Algunos aseguraron que dichas citas con Satán se iniciaban siempre dos horas antes de la media noche y finalizaban al alba con el canto de un gallo.

Las brujas se preparaban cuidadosamente para la reunión untándose en todo el cuerpo un ungüento mágico a base de plantas alucinógenas que les generaba la sensación de volar, si bien varios acusadores del siglo XVI aseguraron que realmente se desplazaban por los aires.

Escobas y aquelarres

La escoba se consideró desde entonces su medio de transporte por excelencia, aunque algunas viajaban por las nubes a lomos de demonios transformados en cabros. El recorrido aéreo se iniciaba despegando por la chimenea, tras frotarse la poción mágica.

La salida por el oscuro y estrecho conducto era uno de los momentos más peligrosos del viaje, pero ya en el cielo nocturno el vuelo solía ser tranquilo, si bien se podían presentar graves dificultades ya que el sonido de las campanas de las iglesias tenía el poder de hacer caer la escoba precipitadamente a tierra.

Los eruditos en temas del demonio señalaron que generalmente la escoba alcanzaba suficiente velocidad como para que el santo sonido no fuese problema. Sin embargo, se sabe de una mujer, Lucrecia, cuya escoba se vino abajo estrellándose contra El suelo al escucharse las sagradas campanas del ángelus. Si bien Lucrecia sobrevivió a la caída, murió poco después condenada en la hoguera.

El aquelarre se efectuaba en lo recóndito de un bosque. Allí, al calor de una hoguera, el diablo y sus demonios bajo forma de machos cabríos recibían a las invitadas quienes en solemne señal de sumisión al maligno le besaban el trasero. Tras la particular bienvenida, los participantes disfrutaban de un espléndido festín que incluía cena y danzas alrededor de la hoguera culminando en una frenética orgía en las que tras intensos encuentros sexuales el diablo imponía su marca sobre la piel de sus seguidoras.

Exhaustas, las brujas emprendían antes del amanecer vuelo de regreso a casa, ansiosas ya por un próximo aquelarre. Asistirían si lograban escapar a la prisión de los tribunales inquisitoriales donde cuidadosos seguidores de la virtud impuesta por las formas religiosas imperantes, examinaban los rincones más recónditos de la piel desnuda de las supuestas brujas, en busca de extraños lunares y verrugas considerados la indeleble marca del demonio sobre sus mujeres.

A pesar de su dudosa existencia, la fuerza de la imagen de la bruja tiene un ímpetu inigualable y su carácter subversivo y enérgico trasciende los límites de la realidad. Es tan inquietante que hoy produce cierto temor en algunos, por lo que es muy posible que permanezca agazapada en algún rincón esperando el momento propicio para la salir a volar en noches de ensueño.


La bogotana Susana Castellanos de Zubiría se ha especializado en la investigación sobre las representaciones en la historia de las pasiones, el miedo y la condena. Entre sus títulos están: 'Mujeres perversas de la historia', 'Diosas, brujas y vampiresas' y 'Amores malditos'.


Una celebración de los demonios
Susana Castellanos de Zubiría
La autora de Dioses, brujas y vampiresas y Mujeres perversas de la historia responde por qué el miedo del hombre a lo desconocido ha terminado por convertir las transgresiones de las mujeres en actos casi diabólicos.
Por: Redacción Arcadia
Susana Castellanos nunca se ha sentido conforme con explicar el mundo a partir de lo racional, de las verdades absolutas. Esa razón masculina, que ha dado lugar a las religiones monoteístas, pone a la mujer en un lugar que no le gusta para nada, contra el que se rebela.

¿Qué lugar es ese?

Pues un lugar en el que la mujer no tiene autonomía, un lugar en el que no asume su destino como algo propio. Eso que llaman “la condición humana” tiende a ser una visión masculina de la vida. Cuando uno entra en el mundo de los mitos, siente algo que pareciera salir de otra parte, algo más físico, más inasible, que es lo femenino.

¿De ahí su fascinación con las hechiceras?

Las hechiceras son mujeres libres. En la mitología, son mujeres hermosas y autónomas que se quedan solas. Ulises abandona a Circe, abandona a Calixto. La hechicera prefigura una idea de mujer en la historia del Occidente. Son autónomas en su vida y en su sexualidad, y es por ejercer esa autonomía que los hombres siempre las abandonan. Es un mundo radicalmente opuesto al de la princesa virginal. Las hechiceras son personajes trágicos por excelencia; personajes marginales que no van a terminar como la princesa de cuento. Pero ellas de la única manera que podían actuar, juegan otro juego: ponen las cartas sobre la mesa. Algo muy distinto pasa con, por ejemplo, el mito de la virgen María, o con las princesas morrongas que se conforman con ser un trofeo. Esa es una aberración terrible, una negación del cuerpo. Para mí, la virgen María está en la categoría de los monstruos mitológicos, junto a la quimera, aunque creo que el daño que ha hecho es mucho mayor.

¿Se podría aventurar la interpretación de que el abandono por parte de Ulises de esas dos brujas estupendas es un castigo masculino a una sexualidad independiente y poderosa?

Claro. Las hechiceras, las brujas, las vampiresas, representan el miedo del hombre a todo aquello que no pueda controlar, y que se encarna en lo femenino. Ellas inevitablemente representan lo femenino en su forma más extrema. Y hay un marcado temor masculino a ese universo femenino que se sale de lo racional y lo convencional.

Para usted, lo femenino se construye en contraposición a lo racional. Ellos son luz; ellas, oscuridad; ellos son racionalidad; ellas intuición, emoción. A las nuevas generaciones de mujeres les molestaría profundamente esa idea.

Hoy hay una corriente que busca volver a lo natural, cuestionando lo racional, lo científico. Busca lo místico, lo integral, y ese es el aspecto de lo femenino que me gustaría rescatar y que busca una comunión con la naturaleza. Yo no creo que lo racional sea necesariamente una virtud, y sospecho de las verdades en las que se ha sustentado el monoteísmo patriarcal. Le tengo pánico a todo aquello que pretende ser absolutamente racional como única lógica. Me gustan las visiones más íntimas del mundo, donde no predomina lo racional.

Pero esa idea acentúa el viejo cliché que dice que las mujeres se mueven en el territorio de las emociones, en el mundo de lo privado, y el hombre en el de las ideas, que es el mundo público. ¡Acabamos de nuevo confinadas a la casa!

Si examinamos el mundo actual, entendido como un mundo masculino, la verdad es que no tendríamos demasiadas razones para sentirnos orgullosos. Hace falta cuestionar un poco esa forma que ha sido entendido el mundo a partir de la ciencia y de las religiones monoteístas, cuyas consecuencias todavía padecemos en la forma de terribles conflictos bélicos. Hay algo muy femenino en esa búsqueda contemporánea de, por ejemplo, las religiones orientales. La necesidad de integrar, de no compartimentar la realidad. Pero es verdad que cuando las mujeres han transcendido de lo privado a lo público, se les ha estigmatizado.

Perversas como las brujas….

Las brujas ya son un fenómeno de los siglos XV al XVIII. El cristianismo considera que ciertas mujeres pactan con el diablo, un pacto que también es sexual. Es en esos siglos cuando se da la malevolización de lo femenino. Y la imagen de la bruja se torna fea, arrugada… Se asocia la mujer con la descomposición, y por eso, por ejemplo, se supone que arrugan más rápido que los hombres. Esa fealdad es expresión una cultura profundamente misógina.

Pero ¿no se podría pensar que esas mujeres de la Edad Media que fueron llevadas a la hoguera estaban buscando exactamente lo mismo que los hombres, el conocimiento? Ambos buscaban a través de la razón, con las herramientas que tenían a su alcance…

Pero las mujeres eran parteras, eran yerbateras, conocían las virtudes de las plantas. Los hombres en cambio estaban trabajando con la cábala, las matemáticas, la astronomía… Ellas miraban hacia la tierra y hacia el submundo, mientras ellos miraban hacia arriba… Es distinto.

Pero eso puede ser porque ellas no tenían acceso a la educación.

Sí, de acuerdo, en parte. Durante la Inquisición, el código jurídico con el cual se procesa a las brujas asegura que brujería es un problema femenino. Si disienten, ellos son considerados herejes. Ellas, brujas. Ellos son disidentes intelectuales, ellas en cambio tiene pactos con el mal. Si esta historia la hubiéramos contado las mujeres desde el principio, posiblemente los demonios de la mitología tendrían otras características. Pero me parece importante reivindicar a esos seres femeninos que han sido mal interpretados a lo largo de la historia, acusados desde una idea masculina de racionalidad. Una racionalidad entendida desde lo femenino sería distinta. La naturaleza femenina acepta la contradicción, acepta el territorio de lo posible, lo que no podemos asir del todo. La creencia en un solo dios único y verdadero es masculina, y se ha otorgado a lo largo de la historia el derecho a matar a todos aquellos que piensan de otra manera.

¿No es incómodo que todos estos arquetipos femeninos tengan que ser físicamente hermosos...?

Son atractivas, lo cual no quiere decir que correspondan a un canon establecido por hombres. Ellas definen qué es la belleza. Lilith tenía las piernas llenas de pelo y una cola de pescado. Hay un lado bestial en esas mujeres. La suya no es la belleza de las princesas, sino una belleza aterradora, inquietante, perturbadora. Mientras que la princesa virginal es casi incorpórea, angelical, estos demonios son pura piel, puro cuerpo.

¿Es posible una nueva narrativa en la que la hechicera pueda ser feliz?

Yo espero que sí. Vivimos en un momento en que la historia puede comenzar a ser contada por mujeres.


Las mujeres quieren ser hechiceras y no vírgenes
La aparición de nuevos libros sobre el tema exhorta a repensar el papel de la mujer en la ficción literaria


Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Sábado 11 de julio de 2009


Aunque algunas han protagonizado relatos de la literatura universal y otras han marcado la historia de la humanidad, todas son mujeres que se caracterizan por tener una conducta irregular que no está sujeta a los cánones. Sean personajes de ficción o seres de carne y hueso que tuvieron poder, las mujeres en la literatura o en la historia son vistas como infractoras de las reglas, catalogadas como perversas, malas y asesinas pasionales.

Hay un interés creciente por revisar cuál ha sido el papel de la mujeres en la literatura y en la historia. Sea desde el cuento, como en Malas. Relatos de mujeres diabólicas (Lengua de Trapo, 2009), de Marta González Mejía, o la revisión histórica como en Mujeres perversas de la historia (Editorial Norma), de Susana Castellanos de Zubiría, la mujer es objeto de estudio por académicos y literatos.

Pero no se trata sólo de una convicción de investigadoras por saber cómo ha sido vista la mujer en el tiempo —casi siempre desde la mirada masculina—, sino que responde a un interés editorial y de los lectores por conocer las historias de mujeres que ya no se apegan a la visión de la Virgen María, sino a la personificación de la vampiresa o la hechicera.

Aunque en los últimos tiempos se han editado títulos como Asesinas. Cuatro siglos de crímenes con nombre de mujer, de Cinzia Tani; No hagas preguntas. La vida secreta de las mujeres de la mafia, de Clare Longrigg y Las diabólicas, de Barbey d´Aurevilly, sin olvidar ediciones recientes como Historias mexicanas de mujeres asesinas, de Humberto Padgett y Mujeres asesinas, de Marissa Gristein, en el primer trimestre de 2009 aparecieron nuevos títulos de mujeres malvadas.


Las nuevas visiones

La académica colombiana Susana Castellanos asegura que los libros se han convertido en espacios que ahora interesan porque es una mirada nueva sobre las mujeres, pero también porque representa generar a la mujer la inquietud de que la forma en que se ha visto ella misma hasta ahora, con ese ideal de princesa o de Virgen no es el real. “Si nos parecemos a alguien es a las hechiceras y eso es lo que tiene pulsiones más fuertes”.

La investigadora asegura que siempre se ve con malos ojos a la mujer que ha ejercido el poder público, se le ve como la usurpadora de un poder que tradicionalmente es masculino, “se la critica además cuando tiene el poder por creer que hace de lo personal un problema público, que actúa más por capricho que por seguir algo determinado. Hay un gran contraste entre lo que las mujeres son y la idealización que la sociedad —machista— tiene de ella”.



No le cabe duda de que cuando un hombre piensa en un ideal es un héroe, mientras que para la mujer el ideal es la Virgen María y eso ha sido profundamente nocivo para el género femenino.

“Eso hace ver a las mujeres malas como más malas de lo que son, no solamente tienen actos perversos, sino que están rompiendo con un ideal de maternidad y virtud”, dice Castellanos.

La historia ha visto con un ojo muy crítico a las mujeres que han detentado el poder. Para Castellanos son temas que deberían interesar a mujeres de hoy. “Debemos reflexionar sobre lo qué somos y nuestros ideales; de eso se tratan estos libros, porque no tenemos muy claros los parámetros, vivimos bajo un ideal de telenovelas y cuentos que no es real”.



Las malas por placer

Marta González, compiladora, autora del prólogo de Malas. Relatos de mujeres diabólicas y traductora junto con su hija Marta Vela, de los 18 cuentos que reúne, dice que las protagonistas son malvadas “bien de motu propio o por inducción”.

Los autores no prodigan el tipo de mujer malvada para no comprometerse en una solución “políticamente correcta”, concepto inexistente entonces pero válido ahora y no malograr el texto por contentar a la Iglesia y a la sociedad de entonces.

Su revisión literaria confirma que la literatura fantástica tiene más permisividad —ideológicamente hablando— porque no pretendía reflejar la realidad, sino que es pura ficción, género donde las mujeres pueden ser “más malas” porque encarnan seres inexistentes (vampiras y otras) y eso permitía a los autores no dar explicaciones ni aparentar una solución conciliadora, que echaba a perder la obra, al estar sujeta a una ideología.



González Mejía asegura que todas las mujeres de la antología son perversas y causan la muerte o la locura de los hombres. “Unas veces se lo buscan ellos; otras, son los personajes femeninos quienes procuran la perdición de los hombres y ya era hora de que se tomaran la revancha; toda la literatura romántica europea está impregnada de ese ‘destino aciago’ (al cual ayudan los hombres), que condena a las mujeres a la destrucción... todas son víctimas del hombre o de las circunstancias sociales que éste propicia y el realismo es más cruel, porque es más verídico”, explica.

Si Marta González incluyó cuentos de de E.T.A. Hoffmann, Alexandre Dumas, Émile Zola, Bram Stoker, Walter Scott o Edgar Allan Poe, entre otros, para analizar la visión que se tenía de la mujer; Susana Castellanos recurrió a mujeres de todos los tiempos, desde las malas que cita la Biblia como Lilith, Eva y Judit, hasta personajes de la mitología griega, del mundo clásico, emperatrices, zaristas, religiosas y santas-perversas como Helena y Teodora y algunas mujeres fatales del siglo XIX.

Descubrió que mientras el hombre asesina con la fuerza y en batallas, las mujeres tienden a los venenos y las actitudes soterradas, casi una maldad intrínseca; por eso la mitología ha relacionado a la mujer con lo instintivo, lo pasional y las emociones, opuesto a “lo racional y equilibrado de lo masculino”.



Maldad en el siglo XX

González afirma que en el siglo XX continuó la tendencia de considerar a la mujer mala y sermonearla con la literatura “para que aprenda buena conducta para agradar al hombre y marcarle pautas de comportamiento”, ahí están las historias del Nobel Camilo José Cela; pero es verdad que “hay más mujeres con una formación universitaria que escriben sobre mujeres y para mujeres y la concepción cambia”.

Para la investigadora, los escritores del boom sudamericano han ayudado a dar otro rostro a la mujer en la literatura, “no son tan misóginos y machistas como los españoles, sobre todo los mexicanos Azuela, Rulfo, Esquivel, Fuentes. Ahora se publican no sólo textos desconocidos, sino literatura ‘marginal’, de autores noveles que no se ajustan a géneros ni a normas y cuyo tratamiento de los personajes responde a una opinión suya, de como ven el mundo actual”.

González dice que siempre ha habido y habrá mujeres malas (y buenas), pero también hombres buenos y malos y la cuestión es tratar a la mujer igual que al hombre: Castellanos señala que en el siglo XX hay una banalización.



“A diferencia del siglo XIX, el XX es un poco desapasionado, ordinario. Cuando se enfrenta uno a la mafia, ya el mal pierde el carácter romántico, ahora no hay malas de leyenda, sino lo que uno ve en periódicos. Estamos en la época del andrógino, nadie quiere sentirse comprometido con nada, ni con el género”. “Las mujeres asesinas son casos de la vida diaria, pero las de mi libro se están jugando algo a futuro, donde la posteridad está en juego”, dice.

Hazte valer


Una amiga me dijo que estaba harta de que sus amigas no le avisaran de cada vez que se reunían. Yo le pregunté:
- ¿Les avisaste que eso te molesta?
- No sé cómo hacerlo, se reirían de mí , me darían pretextos …
- ¿Como qué?
- Me dicen “ te lo tomas demasiado a pecho”, “ te ofendes por nada” ,que “simplemente olvidamos avisarte” , que” la reunión no fue importante, fue casual” y “no tuvimos tiempo de avisarte” , “ no te persigas , no hay nada contra ti” , etc., etc.
- O sea que ellas te ignoran y la que tiene la culpa de molestarse eres tú.
- Exactamente.
- Pues si sigues haciendo como que no te importa, te seguirán ignorando.
- ¡Pero si protesto, se burlan de mí, y dices que soy quisquillosa!
- ¿Tu crees que eres quisquillosa?- le pregunto
- ¡ Noooo, por supuesto que no!
- ¿Qué te parece que pasa aquí?
- ¡Que no entiendo por qué me ignoran, no me invitan y me pasan por alto!
- ¿Y por qué no les dices esto, con la misma rabia?
- Porque dirán que soy quisquillosa y quejosa …

Esa no es la actitud de una Reina ni de una mala. Esa es una actitud de alguien que teme lo que las otras - ¡que la ignoran!- piensen de ella. La mala reacciona molesta, en el acto. Si te pasa esto, lo que tienes que hacer es decirles a tus amigas:
Realmente me parece una grosería enorme eso de que se encuentren. casualmente o planificadamente,. Sin avisarme que se encontrarán. Me molesta y ofende, Porque a mí me tiene que avisar con antelación. Y si el tema es que no quieren que yo participe de las reuniones, preferiría que me lo digan directamente, así no pierdo más tiempo en este grupo.
Puedes apostar que se quedaran heladas sin saber bien que paso, pero sabiendo que tu no eras como creían que eras. Y comenzaran a respetarte de una vez por todas, o tu decidirás no perder más tiempo con gente que no cuneta contigo, y buscar otro grupo que sea más amistoso. Lo mismo en cualquier relación en general y en una relación de pareja:
Si alguien te pierde por no haber cuidado la relación que tenía contigo, el problema es del otro , no tuyo. Esto de pensarte como Reina es narcisismo bien entendido. Ni histérica, ni llorosa, ni víctima: digna, tranquila y feliz, así te tiene que ver otro que pueda gozar de tu importante compañía. Tu tiempo no es algo que te sobra y lo entregas a cualquiera, sino a quien te trate bien y te haga sentir bienvenida.
Exige que sean amables contigo. Y no mendigues atenciones. Que ellos correan detrás de ti. Tú no corras detrás de nadie.
Y si alguien te critica , dile " lo que tu pienses de mi es problema tuyo, no mío. No tengo nada que ver con tu pensamiento y opinión personal"

Brujas caprichosas


Algunas mujeres aprenden de pequeñas que si te encaprichas lo suficiente, y la gente acaba temiéndole a tus berrinches, consigues lo que quieres . Y de pequeñas aprenden que a veces no importa que quieras obtener algo , sino que lo que interesante es ver como al gente reacciona a tu caprichos, al punto de que haces con ellos lo que quieres. Ejemplo de esto es Estefanía que nació única mujer de una familia con cuatro hermanos varones. De chiquita despreciaba a las muñecas y jugaba a la pelota como un varón más, porque percibió- como tantas únicas hermanas mujeres entre hermanos hombres – que ser varon era más prestigioso que ser mujer. De grande, se identificaba más con el padre que con la madre, y siguió la carrera de médico del papá. Cuando sus hermanos se fueron poniendo de novios, ella estaba muy alerta para saber que cuñada buscaba complacerla y cual no. Y empezó a tejer redes de poder entre las dos cuñadas que le decían a todo que si, dejando de lado a las otras dos que se negaban a ser sus lacayas.Como las que no la soportaban se mantenían lejos de ella, ella se encargaba de que nadie las llamara a la mesa cuando la familia se reunía a comer , de que nadie les anunciara eventos grupales, y de que recibieran las peores ubicaciones en el teatro, en la mesa y hasta en la casa de verano, donde las cuñadas que no simpatizaban con ella dormían en el garaje . Una vez, en un picnic familiar, Estefanía hizo ininteresante experimento para comprobar hasta dónde llegaba su poder. Con la mesa puesta un almuerzo para doce personas (vajilla, copas, jarras, botellas, cubiertos, todo) se quejó de que la mesa estaba al sol y que había que cambiarla de sitio. Sin chistar, todos se levantaron para correr la mesa entera a un sitio de sombra. Cuando instalaron todo allí, y ya estaban todos acomodados y comiendo, ella dijo que sentía frio y hacia viento, que había que volver a poner la mesa al sol, y todos se levantaron para volver a poner al mesa entera al sol a su gusto, sin una queja. Todo el tiempo hacia pruebas de este tipo. Una noche un hermano llego con unos pollos asados para todos, y ella dijo q çue no se le antojaba pollo sino pizzas, y le ordeno a otro hermano que comprara pizzas y que nadie tocara los pollos. Nadie protesto y todos acataron. Estefanía se casó tres veces cambiando su marido cada vez por otro con más poder que el anterior. Hoy en día tiene un alto cargo en un hospital privado, unos doscientos empleados, un chofer particular y tres mucamas que la obedecen como ella necesita ser obedecida.

Llámame mala


Si cuando digo lo que pienso, soy mala
Si cuando me las arreglo sola, soy mala
Si cuando peleo por lo que creo, soy mala
Si cuando pido lo que necesito ,soy mala
Si cuando hago las cosas a mi modo ,soy mala
Si cuando no te espero despuierta con la comida caliente ,soy mala
Si cuando no ando levantando tus cosas del piso ,soy mala
Si no estoy dispuesta a hacer por ti las cosas que tu no haces, soy mala
Si pienso primero en mí misma ,soy mala
Si no pienso tolerar tu mal humor, soy mala
Si cuando quiero algo no paro hasta conseguirlo, soy mala
Si no me importa lo que opines de mi vida, soy mala
Si no te cuento todo lo que hago, soy mala
Si no te perdono que me hayas mentido ,soy mala
Si no voy a dejar mis clases por acompañarte ,soy mala
Si exijo respeto y recoenmiento por mis esfuerzos, soy mala
Si cuando me tomo un descanso, soy mala …
Si cuando quiero estar sola, soy mala …
Si cuando te recuerdo tus promesas incumplidas soy mala…
Si no tolero desprecios, soy mala …
Si cuando me compro lo que me gusta ,soy mala ….
Si me enojo cuando no me hacen caso, soy mala …
Si quiero lo mejor para mi, soy mala …
Si te pongo límites precisos , soy mala….
Si no acepto que me digas lo que tengo que hacer con mi vida, soy mala…
Si sigo mi propio ritmo ,soy mala…
Si guardo secretos privados míos ,soy mala …
Si me defiendo si me atacan soy mala…
Si pienso en mí, soy mala …

…¡entonces dime “mala”, porque estoy orgullosa de serlo!

¿Brujas o sanadoras?



Fueron muchas las mujeres que durante el Medioevo actuaron como sanadoras o referentes de salud. Pero cuando en el Siglo XIII empezó a afianzarse la medicina como ciencia laica y ello determinó la oposición de las corporaciones médicas les adjudicaba la posesión de recetas mágicas y poderes demoníacos. Debido a su “lascivia” podrían temer comercio carnal con el Maligno y ¡vaya una a saber qué secretos lograría sonsacarle!... Acusadas de brujería, su desaparición constituyó un sexocidio sustentado por la alianza entre la Iglesia, las corporaciones médicas y el poder del señor de turno.
Desde la Antropología, Harris7 advierte: “Se supone que la principal ocupación de los cazadores de brujas era exterminarlas; pero en realidad hicieron un esfuerzo extraordinario para aumentar el aprovisionamiento de ellas y difundir la creencia de que eran reales y peligrosas. No tenemos que preguntarnos por qué los inquisidores estaban obsesionados por destruir la brujería, sino más bien por qué estaban tan obsesionados por crearla”. Dice Harris: el resultado principal del sistema de caza de brujas, además de los cuerpos carbonizados, consistió en que los pobres llegaran a creer que eran víctimas de brujas y diablos en lugar de príncipes y papa.
“¿Aumentó el precio del pan, se elevaron los impuestos, disminuyeron los salarios, escaseaban los puestos de trabajo? Obras de las brujas”.
Se trataba de desplazar los resultados de las crisis de la sociedad medieval tardía desde la Iglesia y el Estado hacia demonios imaginarios con forma humana. Preocupadas por las actividades fantásticas de estos demonios, las masas depauperizadas y alienadas atribuyeron sus males al Diablo en lugar de verlos en la corrupción del clero y la rapacidad de la nobleza. La Iglesia y el Estado no sólo se libraron de toda inculpación sino que se convirtieron en elementos indispensables.
¿Quiénes fueron los chivos expiatorios?, se pregunta Harris. Sobre 1258 ejecuciones por brujería en el suroeste de Alemania, entre 1562 y 1684, el 82 por siento de las brujas eran mujeres. Viejas indefensas sanadoras y aquellas a las que se acusaba de tener relacione sexuales con el Diablo en fantásticos aquelarres*.
Sería ingenuo ignorar el peso que la sexualidad de las mujeres tuvo en este período de la historia: la lectura de las torturas que padecían exhibe el sadismo desatado sobre sus genitales; así como cada interrogatorio acerca de su intimidad sexual8.
G. Henningsen tiene otra visión del tema9 a través de la cual intenta demostrar que las confesiones de las brujas (y brujos) describiendo su participación en aquelarres y delitos no sólo existieron sino que no siempre fueron sonsacadas bajo tortura física: se obtenían, a menudo, a partir de lo que el califica como lavado de cerebro, debido al encarcelamiento y aislamiento al que eran sometidos los detenidos durante meses. Lo cual determinaba que no sólo inventasen sino que a veces se autogestionasen como para afirmar lo que afirmaban. Henningsen reproduce dichas declaraciones a lo largo de extensas páginas, cuyos contenidos son asombrosos para nuestra mentalidad. Su investigación se refiere al proceso de Logroño, uno de los más copiosos conocidos hasta el momento, y desarrollando en el País Vasco a partir de 1610. Su distinción entre brujería y brujomanía lo lleva a sostener que esta última es una forma explosiva del impulso de persecución provocado por el sincretismo entre las creencias populares y las ideas que sobre la brujería han elaborado algunos intelectuales: “ el daño existió en el momento en el que predicador desde el púlpito y el juez en el tribunal intentaron aplicar sus conceptos abstractos” convalidando creencias populares concretas: Henningsen lleva su análisis hasta el siglo XX mostrando el efecto de brujería cuando se discrimina a los disidentes o a “uno” que no nos gusta, ejemplificando con la Alemania nazi. De sus estadísticas puede extraerse una confirmación del sexocidio, a demás de la existencia de niños brujos que – sin participación de sus madres – narraban de qué modo eran conocidos a los aquelarres por el Demonio; la credibilidad que se les prestaba exige la evaluación de estas creencias por parte de comunidades enteras.
Este autor, cuestionador de otros investigadores del tema, incorpora materiales nuevos y obliga a reflexionar acerca del status de las mujeres en aquellos tiempos, particularmente sobre su capacidad para adjudicarse poderes malignos, no solamente bajo la Inquisición, sino cuando actuaban en la cotidianidad, como habitantes de pequeños pueblos o campesinas. “La bruja o el brujo es la encarnación de la inmoralidad y de todo aquello que va en contra de los ideales de la sociedad; por lo tanto cada individuo se esforzará por comportarse de modo tal que a nadie se le ocurra tomarlo por brujo”, concluye Henningsen. Este es el punto a partir del cual es preciso empezar a pensar el modo de “producción de maldades” a cargo de las mujeres en aquellos tiempos. “Convenciéndonos de que dicho individuo no es un ser humano como los otros, sino un brujo, se suspende inmediatamente el código moral que prohíbe maltratar a un semejante y ya no hay límite para los malos tratos de los que podemos hacerlo objeto”. ¿Por qué las mujeres fueron catalogadas como representantes del Mal como si éste pudiese, realmente, encarnarse en alguien?... ¿Qué sucedió para que ellas mismas ocupasen esos lugares tal como lo describen los historiadores?...
La imagen de la mujer asociada con las prácticas médicas habría de adquirir otra dimensión en América Latina. Para no extenderme en el racconto de esta historia, me limito a citar el trabajo de S. Montecinos y A. Conejeros, del Centro de Estudios de la Mujer en Chile, dedicado al saber tradicional de las mujeres mapuches en la curación de enfermedades comunes10, y que no excluye su posible relación con la brujería:
“Este desplazamiento del rol chamánico (del masculino-machos cuyas características principales era el travestismo y la pederastia- al femenino) adquiere relevancia en tanto surgimiento de lo femenino, de la mujer como depositaria del arte de curar y supone implicaciones en la vida social. En primer lugar la asunción de un ‘poder’, la manipulación de lo sobrenatural por parte de algunas mujeres; luego es la especialización de un saber sobre la terapéutica por medio de la herbolaria. Por otro lado en un hecho que conforma la constitución del sujeto femenino dentro de la cultura y propone una identidad, ya que ella será siempre sospechosa (por su vínculo con los ‘secretos de las hierbas y las plantas’) de brujería”.
Estas autoras desean que la memoria y la práctica de las mujeres mapuches restituyan el valor de un conocimiento adquirido a los largo de siglos. Su interés, en tanto investigadoras, es dar a luz una diferencia, mostrar un modo de asir la enfermedad y sus terapias y el papel que las mujeres tienen en ello.