miércoles, 23 de marzo de 2011

El poder de hacerse notar


Algunas malas se valen de hacer que todo el mundo este pendiente de ellas con cualquier motivo.
Susana entró a trabajar como locutora en un programa de radio, donde el primer día de trabajo anunció a todo el mundo que sufría de baja presión, y que aunque hubiera desayunado en casa, si no tomaba algo sustancioso a media mañana, podría desmayarse de un momento al otro. Como llegaba a la radio con el tiempo justo para salir al aire, la producción entera procuraba que ella tuviera cada mañana en la mesa un café con leche extra grande y una empanada, un sándwich o un trozo de pastel de chocolate. Para ejercer su poder , día por medio dejaba el café sin tomar y pedía que se lo cambiaran por otro “ porque este ya esta frio” o comía media empanada y decía “ tiene un sabor extraño” y pedía otra cosa , que si se enfriaba , alguien tenía que correr a recalentar. Un día alguien le trajo la cuenta de todo lo que debía ella en conceptos de refrigerio y ella dijo que se lo reclamaran al productor general, un gordo feo con quien ella coqueteaba alevosamente... Un día, el productor contrató a una nueva locutora que compartiría el programa con Susana, a quien Susana vio como competencia que había que neutralizar. Para hacerlo, recurrió a un sinfín de estrategias: caminar por el estudio o hacer ruidos mientras la nueva locutora hablaba, para distraerla; decirle “¿Comiste ajo? …desde que entraste sólo huelo a ajo…”, “No uses mas color marrón, te sienta horrible” o decir al aire “Lo que dices no es cierto”. Una vez que la nueva locutora tenía que hablar de un tema importante, Susana se arrojó al piso del estudio, fingiendo una indisposición súbita para que su rival no pudiera terminar de dar la noticia. También fingió un embarazo, para concentrar la atención de todos en ella, y también fingió perderlo, para que la siguieran cuidando. A la nueva locutora la despidieron, porque nadie la registraba: todos estaban con la mirada pendiente en “qué va a hacer hoy Susana” . Susana sigue trabajando en radio…y ahora es jefa en un programa de televisión donde sigue logrando que todos estén pendientes de ella. Si es necesario, arrojándose la piso en pleno ataque de hipocondría y pidiendo cuarenta cafés que no bebe.

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